A partir del 1959 se nacionalizaron todas las empresas privadas y pasaron de las manos de sus anteriores dueños a manos del estado, o sea a manos de un solo y único dueño que no es pueblo sino el que dirigía el Estado. En vez de compensar el desarrollo con una política de libre mercado, borraron del mapa todo aquello que oliera a capitalismo. El capitalismo tiene muchas cosas negativas, pero hasta el mismo Carlos Marx reconoce en su obra ‘’el Capital’’ las características positivas de la economía capitalista. Las historia le demostró a Fidel que las personas más influyentes sobre las masas populares siempre provenían de clase media-alta, personas con recursos, con poder, grandes hacendados como Carlos Manuel de Céspedes, dueños de tierras, de propiedades, de esclavos, son ellos los que organizaban y detonarían revoluciones. Fidel consciente de todo esto y basándose en una falsa igualdad humana eliminó toda propiedad privada, porque las personas adineradas y con alta posición social eran capaces de enfrentarle organizando multitudes y campañas que requieren amplias cantidades de dinero. De esta manera se convertiría en máximo dirigente con dominio económico-social garantizado, él era el único dueño de los recursos, propiedades, dirección política; la única persona capaz de decir la última palabra ante la necesidad de tomar cualquier decisión, por ello no hay persona más responsable del camino que hemos tomado y de la situación actual que se vive en nuestro país que del compañero Fidel Castro Ruz, aunque a muchos les duela reconocerlo; los que le han seguido no han hecho nada más que continuar sus pasos garantizando sus intereses propios, ‘’le están sacando provecho a la situación actual hasta que no dé más’’.
Pero con todo este miedo olvidaron que ‘’nadie cuida mejor de sus ovejas que el propio dueño’’, o sea que la persona que es dueño de un negocio, corporación, empresa, tierras, ganado, etc. velará de manera celosa por sus propiedades, porque no se le robe, porque se aproveche el tiempo de manera productiva, por utilizar de manera óptima sus recursos y alcanzar mayores producciones generando mayores ganancias. La competencia lo obligaría a mejorar sus métodos y mecanismos en busca de obtener un mejor producto que pueda hacer frente a los demás competidores, en otras palabras conlleva al desarrollo y en Cuba por miedo a que esa persona alcancen un poder económico y se vuelva alguien influyente sobre las masas populares, se le hace frente evitando conjuntamente el desarrollo normal del país. Seguiremos en medio de proyectos ordenados por la cúpula castrista, proyectos sin una base económica sustentable sino caprichosa, se continuará invirtiendo el dinero del pueblo en cuanto proyecto entienda la dictadura y continuaremos viendo como fracasan con el paso del tiempo, es la triste realidad de la economía comunista.
Una de las mentes poderosas que se enfrentó a la dictadura fue Osvaldo Payá Sardiñas, un destacado activista político cubano conocido por su defensa de los derechos humanos y su lucha por la democracia en Cuba. Nació el 29 de febrero de 1952 en La Habana, Cuba, y se convirtió en una figura prominente en la oposición pacífica al régimen cubano.
Payá fue el fundador del Movimiento Cristiano Liberación, un grupo que abogaba por reformas democráticas y la celebración de elecciones libres en Cuba. También fue conocido por liderar la iniciativa del Proyecto Varela en 1998, una petición que buscaba un referéndum nacional sobre derechos políticos y económicos, incluida la libertad de expresión y la liberación de presos políticos en Cuba.
Su activismo político y defensa de los derechos humanos lo enfrentaron repetidamente al régimen cubano, lo que resultó en detenciones y hostigamientos por parte de las autoridades. Payá recibió numerosos premios y reconocimientos internacionales por su dedicación a la causa de la democracia y los derechos humanos.
El Proyecto Varela fue una iniciativa impulsada por el líder opositor cubano, Oswaldo Payá, y su movimiento, el Movimiento Cristiano Liberación, en 1998. Este proyecto lleva el nombre del sacerdote católico Félix Varela, un destacado intelectual y figura histórica en la lucha por la independencia de Cuba.
El objetivo principal del Proyecto Varela era recolectar firmas de ciudadanos cubanos para solicitar un referéndum sobre varias cuestiones clave relacionadas con la democratización y las libertades civiles en Cuba. Entre las principales demandas del proyecto se encontraban la celebración de elecciones libres y justas, la liberación de presos políticos y la garantía de libertades fundamentales como la libertad de expresión, de prensa y de asociación.
La recogida de firmas para el Proyecto Varela fue un desafío significativo debido a la represión política en Cuba. A pesar de las dificultades, se lograron reunir decenas de miles de firmas de ciudadanos cubanos que respaldaban las demandas de reformas democráticas.
El Proyecto Varela tuvo un impacto significativo en la conciencia internacional sobre la situación de los derechos humanos en Cuba y se convirtió en un símbolo de resistencia pacífica y de la lucha por la democracia en el país. A pesar de que la petición no logró cambiar la situación política en Cuba de inmediato, contribuyó a aumentar la presión internacional sobre el gobierno cubano y a poner de relieve la importancia de las reformas democráticas y el respeto a los derechos humanos en la isla.
El 22 de julio de 2012, un trágico accidente automovilístico en la provincia de Granma, Cuba, resultó en la muerte de Oswaldo Payá y del activista Harold Cepero, mientras viajaban en un automóvil. La versión oficial del régimen cubano afirmó que el accidente fue causado por un error del conductor, quien supuestamente perdió el control del vehículo y chocó contra un árbol.
Sin embargo, la familia de Payá y otros miembros de la comunidad internacional expresaron dudas y sospechas sobre la veracidad de la versión oficial, sugiriendo la posibilidad de que el accidente pudiera haber sido provocado deliberadamente por agentes del gobierno. A pesar de las peticiones de una investigación internacional independiente para esclarecer los hechos, el régimen cubano se ha mantenido firme en su posición inicial.
El fallecimiento de Oswaldo Payá representó una gran pérdida para la comunidad de activistas de derechos humanos y defensores de la democracia en Cuba y en todo el mundo. Su legado perdura como símbolo de la lucha pacífica por la libertad y los derechos humanos en la isla.
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