La victoria electoral del expresidente número 45 y actual 47 de los Estados Unidos hace temblar a los gobiernos autoritarios de lationoamérica y el mundo en general. La llegada de un presidente fuerte a la Casa Blanca le da esa voz de autoridad y respeto que había perdido USA en los últimos 4 años. Tras su anterior mandato dejaba un panorama mundial muy diferente al actual. Dejaba conflictos históricos resueltos en Oriente Medio y Asia Oriental, sólo bastaron 2 años de su ausencia para que USA fuera el hazme reír del mundo tras su penosa retirada de Iraq dando muestras de debilidad, posteriormente Rusia invade a Ucrania con la farsa de desnazificar el país, Hamás ataca a Israel e invade suelo israelí secuestrando decenas de personas y causando el terror entre sus pobladores, Hezbollah se une desde Siria a los ataques de Hamás e Irán intensifica su hegemonía e incluso ataca directamente puntos estratégicos dentro de Israel. Los Hutíes de Yemen desatan el caos en el Golfo de Adén poniendo en jaque todo el comercio internacional e incluso atacando buques militares norteamericanos. China se hace con Hong Kong y comienza a mover sus fuerzas militares amenazando con una posible intervención militar en Taiwán. Venezuela realiza las elecciones más fraudulentas de la historia, donde Maduro se niega a reconocer su derrota y masacra a su propio pueblo para retomar su poder. Corea del Norte envía tropas a apoyar a Putin en su guerra contra Ucrania. Estados Unidos es invadido por millones de indocumentados de todas partes del mundo, crece la violencia en las calles de Norteamérica mayormente por la presencia de decenas de extranjeros inadaptados que se burlan de las fuerzas de la seguridad y el orden y son arropados por la administración demócrata. La realidad es que el mundo actual es un caos total y eso es consecuencia de la ausencia de un líder fuerte en Norteamérica.
Todo esto ha propiciado que el pueblo norteamericano se haya volcado masivamente, en estados claves, a votar por Trump, una figura fuerte que promete llevar a América a la grandeza otra vez. No solamente el partido republicano ha vencido para el puesto de presidente, sino que también han logrado la mayoría en el senado, en los asientos de la Casa Blanca, los puestos en la corte suprema también. Ha sido toda una victoria republicana y un golpe duro al partido demócrata infestado por su actual agenda ‘’woke’’ que alejó a los votantes independientes y hasta militantes demócratas de su partido.
La victoria de Trump tendría implicaciones variadas en distintas regiones del mundo, incluyendo América Latina, Europa y Asia. Cada región podría experimentar tanto cambios en las relaciones diplomáticas como en las políticas comerciales, de seguridad, y en la percepción pública de Estados Unidos.
1. América Latina
Política Migratoria Más Restrictiva: Trump ha sido crítico de la inmigración y, probablemente, su administración buscaría endurecer aún más las políticas migratorias. Esto afectaría a millones de latinoamericanos, especialmente en términos de acceso a visas, procesos de asilo y deportaciones.
Intensificación de Sanciones a Gobiernos Autoritarios: América Latina tiene gobiernos autoritarios en Venezuela, Nicaragua, y Cuba. Trump ha tenido una postura de “mano dura” hacia estos regímenes y probablemente continuaría aplicando sanciones económicas, restricciones comerciales y medidas diplomáticas para presionar a estos gobiernos, lo cual podría intensificar el aislamiento de estos países.
Políticas Comerciales y de Inversión: Trump podría priorizar acuerdos bilaterales sobre los tratados multilaterales, lo que podría beneficiar a países dispuestos a negociar acuerdos individuales con EE. UU., pero también podría crear tensiones con aquellos que dependen de acuerdos regionales como el T-MEC (USMCA) o tratados de libre comercio con otros países latinoamericanos.
Menor Enfoque en el Cambio Climático: Trump ha sido escéptico respecto al cambio climático, y un segundo mandato suyo podría reducir la cooperación de EE. UU. con los países de la región en iniciativas medioambientales y de energías renovables, ralentizando los avances en sostenibilidad en América Latina.
2. Europa
Aumento de la Tensión con la Unión Europea: La relación de Trump con la UE fue tensa durante su primer mandato, especialmente en temas de comercio y defensa. Trump podría continuar presionando a los países de la OTAN para que aumenten su gasto en defensa, y podría aplicar políticas comerciales que favorezcan a EE. UU. frente a la UE, afectando así la economía europea.
Reducción de Cooperación en Cambio Climático y Energía Verde: Con una postura menos comprometida hacia el cambio climático, EE. UU. bajo Trump probablemente reduciría su apoyo a las políticas ambientales y los acuerdos multilaterales en Europa, como el Acuerdo de París, lo que podría complicar la agenda ambiental europea y sus esfuerzos para combatir el cambio climático a nivel global.
Fortalecimiento de Relaciones Bilaterales con Gobiernos Nacionalistas: Trump ha mostrado apoyo a ciertos líderes europeos de tendencia nacionalista, como Viktor Orbán en Hungría y otros movimientos de derecha en Europa. Esto podría alentar la expansión de políticas y discursos nacionalistas y anti-inmigración dentro de Europa, dificultando la cohesión en la UE.
Postura Más Dura contra China y Rusia: Europa podría verse presionada a alinearse más estrechamente con la política de “competencia estratégica” de Trump hacia China y Rusia. Esto podría derivar en tensiones entre la UE y estos países, sobre todo en áreas sensibles como energía (Rusia) y tecnología (China).
3. Asia
Aumento de las Tensiones con China: La administración Trump probablemente mantendría una postura firme contra China, intensificando la “guerra comercial” y aumentando sanciones tecnológicas. Esto impactaría tanto a las economías de Asia como a las relaciones diplomáticas de países que comercian estrechamente con China, forzándolos a tomar posiciones más definidas entre EE. UU. y China.
Relaciones con Corea del Norte: Trump, que mantuvo una diplomacia poco convencional con Corea del Norte, podría reanudar este enfoque en un intento por contener la amenaza nuclear, aunque con resultados inciertos. Esto podría generar inestabilidad en el Este de Asia y tensión entre Corea del Norte y sus vecinos, especialmente Corea del Sur y Japón.
Enfoque en el “Indo-Pacífico” y Contrapeso a China: La administración de Trump ha promovido la idea de un Indo-Pacífico “libre y abierto” como contrapeso a la influencia de China en la región. Podría fortalecer su relación con Japón, India, y otros aliados asiáticos a través de pactos de defensa y cooperación económica para limitar el alcance de China, aumentando el papel de EE. UU. en la seguridad regional.
Impacto en el Comercio y Cadenas de Suministro: Las políticas de Trump para “traer de vuelta empleos” y reducir la dependencia de China también impactarían a otros países de Asia. Es probable que muchos países en el sudeste asiático, como Vietnam y Tailandia, se beneficien del cambio en las cadenas de suministro mientras las empresas estadounidenses busquen alternativas fuera de China.
Repercusión en Cuba tras la llegada al poder de Trump:
La victoria presidencial de Donald Trump tendría un impacto significativo en varios frentes, tanto en la lucha por la libertad de Cuba como en la influencia sobre el régimen cubano. La nominación de Marcos Rubio, fiel defensor de la libertad y uno de los principales críticos contra la dictadura cubana y los regímenes autoritarios de lationoamérica se harán sentir tras su llegada como Secretario de Estado de USA.
Apoyo Internacional a los Derechos Humanos en Cuba: Trump, conocido por su postura dura contra los regímenes autoritarios en América Latina, podría fortalecer las políticas de presión hacia la cúpula castrista. Su administración ya había implementado restricciones hacia Cuba, revirtiendo varias políticas de apertura que habían sido percibidas como una flexibilización hacia el régimen. Este enfoque en derechos humanos podría interpretarse como una alineación con los valores de libertad y justicia que defendemos como activistas.
Sanciones Económicas y Aislamiento del Régimen Cubano: La administración Trump había aplicado sanciones enfocadas en cortar fuentes clave de ingresos para el gobierno cubano, incluyendo limitaciones en remesas y restricciones a empresas controladas por el estado cubano. Una nueva administración de Trump probablemente intensificaría estas sanciones, debilitando así la capacidad de maniobra financiera de la cúpula castrista y poniendo más presión para que busquen soluciones que promuevan reformas internas.
Apoyo al Libre Mercado y al Emprendimiento Cubano: Trump, defensor del libre mercado, podría enfatizar el apoyo a iniciativas que favorezcan el emprendimiento y la economía independiente dentro de Cuba. Una victoria de Trump podría significar un aumento en programas o incentivos para el sector privado cubano, lo cual reduciría la dependencia de la economía cubana en el estado y, en consecuencia, mermaría el control del régimen sobre la vida económica de los cubanos.
Deslegitimación Internacional del Comunismo Cubano: Una política más agresiva de Trump podría también llevar a la cúpula castrista a enfrentar un aislamiento diplomático más profundo. La retórica anticomunista de Trump ha resonado con muchos sectores en la comunidad internacional, y esto podría utilizarse para atraer aliados en una estrategia de aislamiento al régimen cubano, debilitando su influencia y, en última instancia, creando un ambiente más propicio para el cambio hacia un gobierno que respete las libertades.
Inspiración para los Cubanos en su Lucha por la Libertad: Finalmente, en un plano más simbólico, la victoria de Trump podría servir como un impulso moral para muchos cubanos dentro de la isla que desean un cambio. Los discursos en favor de la libertad, y contra el comunismo, pueden alentar a los cubanos a seguir organizándose y a resistir pacíficamente a un régimen que no les representa.
Apoyo a la Oposición Cubana y Organizaciones de Derechos Humanos: Un indicador clave sería la inversión en apoyo directo a grupos disidentes y ONGs dentro y fuera de Cuba. Si la administración de Trump destinara recursos a estos grupos, ya sea en capacitación, en fondos o en recursos tecnológicos, podría fortalecer la organización y visibilidad de la oposición, intensificando su capacidad de resistencia y promoviendo el activismo a nivel global.
Cambios en las Políticas de Migración: Las políticas migratorias afectan profundamente a Cuba. Por ejemplo, el endurecimiento o flexibilización de las políticas hacia inmigrantes cubanos podría influir en la presión que el régimen enfrenta para proveer oportunidades económicas dentro de la isla. Una política que incentive el retorno de profesionales calificados cubanos con fines de contribuir a una futura economía de mercado, o bien, que dificulte la salida de jóvenes, podría motivar a los cubanos a demandar más cambios internos en vez de buscar emigrar.
Relaciones Comerciales con Países Aliados del Régimen: Trump podría optar por sancionar indirectamente al régimen cubano a través de la presión sobre sus aliados más cercanos, como Venezuela, Rusia, o incluso actores en la región que mantienen relaciones comerciales estrechas con Cuba. Monitorear cualquier medida restrictiva sobre estos socios podría impactar las finanzas del régimen, limitando sus recursos y sus lazos con el exterior.
Medios de Comunicación y Redes Sociales: La política de Trump podría incluir facilitar el acceso a medios de comunicación externos y redes sociales independientes en la isla. Esto permitiría que los cubanos accedieran a información sin censura y les daría mayor voz dentro y fuera del país. La financiación de proyectos que mejoren la conectividad o la información libre dentro de Cuba sería un claro indicador de un esfuerzo por empoderar a la ciudadanía.
Inteligencia y Defensa Nacional: La colaboración de inteligencia y defensa entre EE. UU. y países del Caribe o América Latina en torno a temas de seguridad regional podría intensificarse. Si Trump buscara reforzar la seguridad regional ante la influencia cubana, podríamos ver indicios de operaciones conjuntas en la región para contrarrestar actividades consideradas “subversivas” o desestabilizadoras, respaldadas o coordinadas desde Cuba.
Flujo de Remesas y Turismo Familiar: La regulación del flujo de remesas y del turismo hacia la isla es otro indicador clave. Un endurecimiento de estos aspectos limitaría los ingresos en divisas de muchos cubanos y, por ende, reduciría la capacidad de consumo y el margen de maniobra del régimen para manejar la economía local, que en buena parte se sostiene gracias a las remesas.
Cambio en la Percepción Internacional sobre la Democracia y Derechos Humanos en Cuba: El respaldo a iniciativas que promuevan la democratización en la isla en foros internacionales sería un indicador del apoyo indirecto a la oposición cubana. Monitorear cualquier esfuerzo de Trump por incentivar a otros países y organismos internacionales (ONU, OEA) para condenar al régimen o promover resoluciones en favor de los derechos humanos en Cuba podría debilitar la posición diplomática del régimen en el exterior.
Monitoreo de la Economía Cubana: La economía cubana depende de varias fuentes externas de ingresos, incluyendo el turismo, las exportaciones de servicios médicos, y la inversión extranjera. Un impacto negativo en cualquiera de estas áreas a raíz de una política más restrictiva de EE. UU. podría traducirse en mayores dificultades para el régimen. Observando el flujo de estas fuentes se podría entender el nivel de impacto de las políticas estadounidenses en la economía cubana.
Estos indicadores serían fundamentales para medir el alcance y la efectividad de cualquier acción tomada en una administración de Trump en contra del régimen cubano, así como para evaluar el potencial para cambios democráticos en la isla. En cuanto a la cúpula castrista, estos elementos podrían representar una amenaza tangible. La consolidación de una política más hostil por parte de Estados Unidos forzaría al régimen a redoblar esfuerzos para asegurar su estabilidad interna y podría reducir su capacidad de maniobra tanto económica como diplomática. Las sanciones adicionales y el aislamiento diplomático intensificarían la ya difícil situación económica en la isla, lo cual incrementaría la presión sobre el gobierno y potencialmente aceleraría el descontento popular.
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